22 Escucha, pues, tú también la voz de tu sierva y permíteme que te
sirva un bocado de pan para que comas y tengas fuerzas para ponerte
en
camino.»
23 Saúl se negó diciendo: «No quiero comer.» Pero sus servidores, a
una con la mujer, le insistieron hasta que accedió. Se levantó del suelo y se
sentó en el diván.